El pH en fase acuosa en la vida cotidiana : |
Sustancia | pH aproximativo |
|
0
|
Drenaje minero ácido |
<1,0
|
Ácido de una Batería |
<1,0
|
Ácido gástrico |
2,0
|
Jugo de limón |
2,4 - 2,6
|
Bebida de cola |
2,5
|
Vinagre |
2,5 - 2,9
|
Jugo de naranja |
3,5
|
Cerveza |
4,5
|
Café |
5,0
|
Té |
5,5
|
Lluvia ácida |
< 5,6
|
Leche |
6,5
|
Agua |
7,0
|
Saliva |
6,5 – 7,4
|
Sangre |
7,38 – 7,42
|
Agua de mar |
8,0
|
Jabón |
9,0 à 10,0
|
|
11,5
|
Óxido de calcio |
12,5
|
|
14,0
|
Inicialmente conviene explicar lo que significa acidez y alcalinidad. Estos dos términos responden a la forma de clasificar la reacción de cualquier elemento. El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala llamada de pH (potencial de hidrógeno) que va de O (extremo ácido) a 14 (extremo alcalino), ubicándose en el centro (7) el valor neutro. O sea que entre O y 7 tenemos los valores de acidez y de 7 a 14 los de alcalinidad.
A nivel celular se produce una especie de combustión interna, ya que se libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza ácida y deben ser evacuados del organismo a través de las vías naturales de eliminación (riñones, intestino, piel y pulmones).
Para cumplir adecuadamente esta tarea la sangre debe mantener un ligero nivel de alcalinidad. En una persona sana el pH de la sangre (la linfa, el líquido cefaloraquídeo, etc.) se ubica entre 7,40 y 7,45. Cuando se incrementa el nivel de acidez, debido a ciertos mecanismos de autorregulación, la sangre logra conservar este vital equilibrio. Lo hace a través del aporte de bases (álcalis) que neutralizan los ácidos. Por ello, para obtener un sano metabolismo celular, es preciso que junto al oxígeno, la sangre tenga un constante flujo de sustancias de naturaleza alcalina, a fin de poder neutralizar los ácidos.
En primera instancia la sangre obtiene estas bases de los alimentos. En caso de ulterior necesidad -sea por exceso de ácidos o por carencias nutricionales de bases- puede recurrir a la reserva alcalina de huesos, dientes, tejidos. De este modo la sangre se convierte en un "ladrón" de la estructura orgánica, con el solo objetivo de restablecer el vital equilibrio ácido-básico. Así se pone en marcha el mecanismo de descalcificación y desmineralización.